Mi revocatorio

(Este es un capítulo de la novela que escribo "Oliver prefiere morir")

Mi revocatorio


Oliver estaba escribiendo una mañana en una de las mesas de la cafetería Pan´s House, cuando se le acercó un vecino de la torre C del conjunto residencial a saludarlo.

-Doctor, no va ir a validar su firma para el revocatorio. Vengo de validar en el colegio Nuestra Señora de Guadalupe, aquí en La Casanova.

-No vecino, esos malditos del CNE me excluyeron a mí y a todos los que firmamos en esa misma planilla y que porque le faltó la letra s a Nicolás. ¿Qué te parece?

-¡Que bolas, son unos descarados!

-Bueno vamos a ver ahora si me dan chance en la recolección del veinte por ciento (20%).

-Espero que puedas porque ahí va a estar medio apretada la recolección. Pero cuéntame, ¿qué estás escribiendo?

-Me estaba recordando que a mí me hicieron una vez un revocatorio de la presidencia de una junta de condominio.

-¿En serio, cómo fue eso?

-Lo peor de todo no fue que me revocaran, porque a veces eso es conveniente para sacar a un maldito como este presidente que tenemos, sino la ingratitud de esos hijos de puta después de haber hecho tanto por ese edificio.

-Cuéntame, ¿y dónde fue eso?

-Eso fue en un edificio de Los Palos Grandes cerca del Centro Plaza. Fíjate la vaina, yo con otro señor asumimos la administración del condominio de ese edificio que estaba muy descuidado. Hicimos muchos arreglos y lo pusimos fino. Allí vivía alquilado un nieto de Luis Miquelena, que era en ese momento vicepresidente de Venezuela, era la mano derecha de Chávez. El nieto era un drogadicto empedernido. El tipo armaba unos escándalos a media noche que llegaba borracho o drogado tumbando el edificio, maltrataba a la mujer. Tenían una hija ya adolecente que lloraba cada vez que ese hijo de puta formaba esos berrinches.

.Verga pana y ¿qué hiciste?

-Yo me empeñé en sacar al tipo de ese edificio, porque nos estaba haciendo la vida imposible y todos los vecinos me apoyaban, pero todos cagaos porque el tipo era familia de Miquelena. Una vez el coño´ e madre, como la puerta del estacionamiento no le quiso abrir, se llevó por delante  la puerta con su camioneta, eso fue como a las tres de la madrugada. Te puedes imaginar el zafarrancho que se formó.

-¡Mierda¡

-Bueno ahí se nos agotó la paciencia. Llamé a la policía de Chacao que funcionaba muy bien y sometieron al carajo a la fuerza y se lo llevaron detenido. Claro no sabían nada de su ascendencia. Al rato dejaron al tipo en libertad y a los días me citaron de la jefatura para que firmáramos una caución porque la mujer pedía que no nos metiéramos en su drama.

-No puede ser, coño y entonces ¿en qué paró ese peo?

-Me presenté con una tropa de abogados del banco donde yo era chivo, con las facturas de la reparación de la puerta que habíamos pagado y varios testigos de los escándalos del tipo. El tipo se comprometió a pagar en pocos días, pero yo mantuve mi posición sobre la necesidad de que el malandro ese dejara los escándalos o se fuera del edificio.

-¿Y el Miquelena se metió en el peo?

-No, para nada. No se iba a rallar apareciendo envuelto en un escándalo caliche. Pero es probable que si se haya enterado, ya que él vivía o vive en Altamira y supongo que le recriminó su conducta. Total que al poco tiempo el tipo armó otro zafarrancho y se repitió el drama de la niña llorando y fueron otros vecinos quienes llamaron a la policía. A los días el tipo se mudó.

-¿Y entonces qué pasó?

-Bueno los vecinos estaban felices conmigo por lo que había hecho, pero al poco tiempo vinieron unos inquilinos a otro apartamento. Eran unos pavos, pero unas joyitas los tipos. Nos reclamaron del edificio de al lado porque los tipos al parecer se desnudaban totalmente y se exhibían ante las carajitas de ese otro edificio. Yo entonces les llamé la atención y les restringí el número de llaves codificadas, ya que eran muchos tipos. Bueno, no sé qué pasó exactamente, pero una parejita de vecinos se solidarizó con los tipos y montaron una matriz de opinión de que yo estaba crispando los ánimos en el edificio y convencieron a otros imbéciles y convocaron una asamblea de copropietarios para mi destitución. Hicieron su campaña en los ascensores..

-¿Y?

-Yo no estaba interesado en seguir en el condominio. No hice ninguna campaña. Los idiotas esos movilizaron sus aliados y tú sabes que a esas reuniones de condominio no le gusta ir la gente. Bueno, con cinco votos a favor de su propuesta y tres en contra me bocharon de esa vaina. ¡Qué tal!

-¡Te jodieron irreversiblemente!

-Y Caldera decía que el pueblo nunca se equivoca.

-¡Que jode!. Nada mas con este chavismo tenemos diecisiete años equivocándonos,

-Esa vez juré que más nunca volvería a participar en juntas de condominio, es muy ingrato ese trabajo.

-.Pero no cumpliste el juramento, porque aquí estás echándole bolas.

-¡Qué le vamos hacer!. Por eso te digo que a veces los resultados de un revocatorio pueden ser injustos. Que para nada sería el caso de este mal nacido que nos gobierna, sí lo revocamos.

-Conclusión. ¡La gente es una mierda!

-Por eso cada día quiero más a Terry, mi mascota!



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