Venezuela en "Delirium Trémens"





Esa noche del lunes un trepidante partido de beisbol del Clásico Mundial entre Italia y Venezuela para definir el pase a segunda vuelta, perturbó el sueño de miles de venezolanos.

Oliver seguía las incidencias del evento acompañado de su esposa y unas laticas de cerveza Zulia para animar la velada, pero antes, en la cena, había tomado su tasa de café guayoyo, lo que sin prevenir le produjo insomnio y cerca de la una de la madrugada requirió de un ansiolítico para poder dormir algunas horas. No imaginó que esa combinación tendría efectos alucinógenos y le provocaría un extraño sueño relacionado con la situación caótica del país y ese evento deportivo.
 
En su turbulento sueño se encontraba cantando, siendo que él es pésimo en ese arte, unas estrofas ridículas que decían:

“Procuro ignorarte antes que morir en la huida a otra parte, aplastado por una turba comunista delirante o alcanzado por el disparo distante de uno de tus esbirros cooperantes”

Al parecer su interpretación gustó mucho al público presente ya que los aplausos fueron ensordecedores.

Seguía cantando: “Prefiero soportar tus mentiras desquiciantes a vos populi promesas infamantes, que irme a morir de nostalgia y tristeza a un país boyante buscando paz, seguridad y respeto a las necesidades de los semejantes”. “Otra, otra”, gritaba la multitud en su sueño que Oliver por momentos suponía en un estadio de beisbol donde tenía lugar el desafío que acababa de culminar a favor de Venezuela.

Y siguió cantando: “Prefiero soportarte, a riesgo de vomitarte, por tus ideas delirantes y de ofensas indignantes contra quienes te adversan tu modelo político que produce hambre y  muerte escalofriante”

“Cuando por razones obligantes entregues el país hecho un desastre a un demócrata venezolano, tus secuaces y compinches ambulantes serán juzgados por una justicia de magistrados probos y capacidad edificante. Eso sí, no les temblará el pulso para hacerte pagar tu corrupción vergonzante”


Al despertar de los efectos del Alpram por la bulla de la alarma de un carro cercano, Oliver se percató que se trataba de un sueño o una pesadilla. Depende como se mire. Hasta disfrutó en parte porque vio ganar a Venezuela sobre la escuadra azzurra una disputa difícil que evidenció serias deficiencias, en la cual se sintió haciendo barra. Pero no dudó en decir, hubiese preferido ser protagonista en la lomita, donde definitivamente no tenemos buenos operadores.

Concluyó que ya el beisbol como el petróleo tampoco es exclusivo de quienes se lo creían. ¡Ya las grandes ligas no son tales!.


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