Oliver y la oposición "no hayan en qué palo ahorcarse"
“Una prueba es evidencia de un delito. La falta de algún requisito formal
para su obtención legítima puede que la invalide judicialmente, pero esa
omisión no hace al inculpado menos ladrón”.
Oliver le dijo a Tarek
Oliver ha regresado de su más reciente viaje a
Maracaibo, lo hizo por tierra a bordo de su cuidado turbo, un pequeño lujo que conserva
de sus mejores tiempos en el sector
bancario. Fue a reunirse con su hijo para
evaluar la posibilidad de alquilar o comprar un inmueble en esa ciudad. Volvió
entusiasmado con la idea de izar finalmente la bandera en tierra zuliana, de la
cual guarda los recuerdos de cuando vivió allí su época dorada al mando de la
Consultoría Jurídica de un conocido banco regional.
¿Y qué pasó con tu decidido amor por gochilandia?
Qué te hicieron los gochos, que ahora tercias por “la tierra del sol amada” -le
inquirimos un tanto desconcertados-.
Es que esos gochos son muy complicados para dar en
arrendamiento sus inmuebles, dudan de todo el mundo, más aun de la gente que
viene de Caracas. Al parecer los tiempos de guerra que han tenido que soportar
con el gobernador Vielma Mora y los chavistas, les han endurecido la piel y el
alma. No es para menos, de verdad que ha sido un infierno la vida en esas
tierras en estos últimos meses. Esa permanente confrontación asimétrica y
guarimbas de sol a sol solo han puesto de relieve el coraje de los gochos y la
cobardía de los esbirros.
Pero hubo algún hecho puntual que te hizo girar de
la cordillera andina a la Costa Oriental del Lago?
Hay varios temas –nos comenta-. Las colas
infernales para echar gasolina en San Cristóbal parecen recrudecer. Se han
convertido en una tortura mental y física que deben soportar sus habitantes si
quieren movilizarse en sus vehículos, porque las excesivas inclinaciones de sus
calles no les dejan las opciones de caminar
o de andar en bicicleta. Y no hay un servicio de transporte público grato como
en la ciudad de San Francisco, California, que guarda mucha similitud
-al menos topográficamente- con San Cristóbal. Por otra parte, el desplome del
valor del bolívar frente al peso colombiano, ha impactado la capacidad de
compra del venezolano en Cúcuta, que era también una buena salida al problema
del desabastecimiento de productos alimenticios y medicinas en Venezuela. Paliábamos la escases atravesando la
frontera al tiempo que disfrutábamos de un bonito paseo. Además, algunas
amistades de la ciudad que le habían ofrecido apoyo optaron por quedarse
definitivamente del lado colombiano ante las últimas arremetidas del
totalitarismo chavista.
¿Pero entonces, qué has decidido?
Qué te puedo decir. Estoy como la oposición
venezolana después del 30 de julio, cuando se impuso la fraudulenta Asamblea Constituyente.
Apesadumbrada, sin respuestas. “No haya en que palo ahorcarse” como dice ese
sabio refrán venezolano. Justifican participar en las elecciones regionales
pero a sabiendas que son una trampa o un montaje del Gobierno y su CNE. Que aun
ganando es probable que no cobren ese resultado. Que corren el riesgo de perder
si se produce una alta abstención por la desilusión colectiva que nos dejó las
últimas jugadas de la MUD y las atrocidades de Maduro y su ”prostituyente”.
Yo
estoy viendo ahora como opción la ciudad de Maracaibo, a pesar de su terrible calor, porqué allá
vive mi hijo que siempre es un significativo apoyo y es el hijo que me queda en
Venezuela, mis hijas hembras alzaron vuelo. Además, tenemos en común un
negocito en la Costa Oriental que parece coger un segundo aire. Es también zona
fronteriza que alivia la contingencia de salir súbitamente del país. Otro elemento es que ya vivió antes
en esa ciudad y conoce sus encantos. Me
la llevo bien con los maracuchos y las maracuchas -afirma-.
Pero hay un hecho que mantiene en ascua sus
pretensiones. La filial off shore del banco regional zuliano donde tenía sus
dólares no termina de liquidarle la posición en divisas aduciendo unas
estupideces que no son más que tácticas dilatorias. De esa devolución oportuna depende la suerte de mis querencias, ya que comprar en estos tiempos de diáspora se
ha hecho atractivo por los bajos precios a que se venden los inmuebles. Por el
contrario el arrendamiento se ha tornado muy costoso.
¿Y qué supones que ocurre con esa filial, que no te
paga?
Yo creo que esa filial es una captadora de fondos,
que sus dueños utilizan para otros negocios que seguramente no son bancarios y
no habrán tenido el éxito o las ganancias que suponían, como pasa con la generalidad
de los administradores bancarios y seguro que se les trancó el serrucho con la
liquidez. A veces los caprichos y gustos de los banqueros los conducen a la
bancarrota.
¿Y qué harías si esa filial no te honra tus
acreencias?
Bueno, en eso pienso. No quiero imaginarme la
artillería mediática que desataría contra el banco zuliano que me captó ese
capital, y sé que la preocupación también embarga a muchos inversionistas
zulianos que están entrampados esperando respuesta. Algunos me han podido
contactar. Es muy probable que me sienta hasta amenazado por la nueva
legislación que ha anunciado dictar la
prostituyente chavista, que ridículamente denominan “Ley contra crímenes de
odio”, para penalizar las afirmaciones o calificaciones emitidas en las redes
sociales contra las instituciones o personajes del gobierno que evidencien el
ánimo de repudio o frustración.
Pero para variar el tema te cuento que estuve por la
Vereda o Paseo del Lago. Observo que ha tenido un desarrollo importante ese parque,
tiene ahora unas bonitas piscinas y unas buenas canchas de tenis que me imagino
serían mi nuevo refugio donde drenar los tormentos como ese del que estamos
hablando. Venden unos cepillados inmejorables
con vista al Lago. ¡Vale la pena ese paseo!
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