Mi pasado chavista



No sería honesto ocultar de estas memorias mi breve pasado chavista. Un error que lastima cada día la conciencia de quienes hace ya muchos años nos arrepentimos de haberle dado el voto a ese populista. Como muchos venezolanos, harto de las miserias de la política venezolana ejercida al amparo del pacto de Punto Fijo (AD-COPEY), me dejé llevar por la satanización de los partidos políticos y seducir por el carisma del encantador de serpientes que nos ofrecía acabar con la injusticia social, la corrupción, la impunidad y todos los males del modelo político que nos gobernó durante la llamada por él "Cuarta República”, pero que el proceso chavista ha multiplicado exponencialmente. 

Mi querido viejo se fue de este mundo creyendo en Chávez y ya en tiempos de su enfermedad terminal –la de mi padre- yo había desertado de dicho proyecto, convencido del engaño, lo cual significó un desolador momento despedirme de mi viejo contradiciendo su creencia política.
Voté por Chávez animado por su cantaleta bolivariana y no niego que siempre he sido y seré un admirador de Simón Bolívar; pero Chávez utilizó a Bolívar para engatusarnos con un proyecto comunista que fue develando progresivamente y aplicando en violación flagrante de la Constitución Nacional, en sus avanzadas revolucionarias, vendiéndole a sus seguidores para fundamentar su farsa la descabellada especie de que Bolívar era socialista y Cristo también.
Mi padre junto a Joselito, Aleisa y
 José Antonio

No recuerdo el momento exacto en que abandoné ese fulano proceso, pero hice una serena reflexión cuando me percaté que la paz de mi matrimonio estaba siendo perturbada por mi fervor chavista y sobre todo cuando pude avizorar los colmillos fascistas del comandante y sus secuaces, quienes habían dado muestras inequívocas de su talante castro comunista. Creo que fue cuando Chávez en cadena nacional y mediante el uso de un pito echó a la calle a los ejecutivos de PDVSA, que reaccioné y me alinee con la resistencia. Desde ese momento, sin ánimo de escuálido empedernido he seguido observando y evaluando las barbaridades de esta gente inescrupulosa que dirige -antes Chávez y ahora Maduro y su combo- el proceso "comunista" y ya no consigo explicación para tanta barbarie y cinismo en sus acciones políticas. Sus desmanes y corruptelas no tienen parangón.

Mi hermano mayor, Joselo (QEPD) también era medio chavista; digo era porque también murió y cuando se fue -ya desilusionado del proceso- aun conservaba simpatías por "el comandante". Sé que su familia cambio mucho conmigo desde que ellos se alistaron en el proceso y yo deserté. La división y el resentimiento que sembró "el supremo" no se disiparán fácilmente, será una tarea de años.

No tengo dudas de que “Esta gente” (titulo de la última obra de Francisco Suniaga, que recomiendo ampliamente) es dirigida o asesorada desde Cuba. No dudo tampoco que los violentos están en las filas del chavismo, en las diversas formas institucionales y sociales; desde algunos (as) diputados energúmenos, guardias nacionales torturadores, paramilitares en bandas de motorizados mal llamadas “colectivos” y policías sin escrúpulos, asociados con delincuentes y pranes, actuando en concierto con los jerarcas del gobierno,  conforman un cuadro dantesco. Tienen la desfachatez de aprovecharse de su hegemonía comunicacional para vender al mundo y también a sus ignaros venezolanos la especie de que los violentos son de la oposición.

Lo que hicieron con Leopoldo López, es una trama de libreto cubano. Todo indica que le infiltraron unos violentos en la manifestación por el convocada, que causaron los destrozos al Ministerio (misterio) Público premeditadamente y luego le hacen un juicio express, lo imputan por asociación y encarcelan para sacarlo del juego político y pretender con ello amedrantar a la oposición. Capriles en esto fue mas astuto. 

Con María Corina Machado, pisotearon la Constitución haciendo sus serviles "magistrados" la retorcida interpretación de sus disposiciones; la acusan de que “asumió un cargo público” al sentarse en una silla de la OEA invitada por el gobierno de Panamá a denunciar lo que denunció. Con total cinismo vociferan la absurda y canalla jurisprudencia que utilizaron para desconocerle su investidura.

Lo mas reciente me afectó en lo personal, dos hijos de mi compadre Pedro Burguillos, en compañía de sus esposas disfrutaban de una velada en un restaurant de “El Hatillo”, cuando apareció en el local con toda la parafernalia de espalderos y armas largas que identifica a los altos funcionario del régimen, el patiquín del popular programa de televisión ya desaparecido “La guerra de los sexos”, (hoy encargado de uno de los tantos canales de televisión del gobierno) y por supuesto, con el ambiente de crispación que en la población han producido las atrocidades del régimen contra los manifestantes, la reacción de los comensales no se hizo esperar y al pasar cerca de la mesa donde cenaban los Burguillos, una de las damas animada por la algarabía suscitada y quizá por alguna copa de vino, le profirió el calificativo de “boliburgués”, a lo que el patiquín reaccionó abalanzándose sobre la muchacha en actitud agresiva, que provocó la instintiva reacción defensiva de su marido quien le asestó un puñetazo al patiquín, que al parecer le produjo el sangramiento típico de un corte labial. Por supuesto, las fuerzas represivas que escoltaban al "artista" demostraron su “valentía” e intervinieron brutalmente haciendo de lo suyo en medio de la conmoción del ambiente.
Estos muchachos-ambos- fueron apresados y sometidos a un juicio “express” -sin debido proceso- de los que aplica el régimen a sus opositores. Hasta el presidente recomendó la cárcel de Tocorón para tan “peligrosos criminales”.
Estos jóvenes profesionales (economista y abogado) debieron pasar detenidos dos meses y seis meses respectivamente para que el patiquín se sintiera resarcido por la trompada bien merecida que le dio uno de ellos, mientras que todo el país y principalmente los familiares de nuestros jóvenes asesinados en las manifestaciones, claman por una justicia que al parecer no se producirá bajo este régimen, ya que ni la pantomima de una investigación por parte del Ministerio Publico y el CICPC, se vio en desarrollo.

 Puro "gas del bueno", perdigones a quema ropa y vejaciones sobre la disidencia.

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