La literatura al igual que la música está siendo víctima de esa forma distópica y amorfa de expresar oraciones, versos y pensamientos que es el reggaetón. Sus mentores ya reciben reconocimientos y premios cual Bad Bunny. Pareciera que el sentido común, el orden natural de los hechos y su secuencia cronológica, han desaparecido en la nueva literatura. Por lo visto me atrevería a señalar que la tendencia de los escritores jóvenes es poner a un lado el legado de los grandes escritores contemporaneos hispanos. No se si la poesía también ha sido permeada por este virus literario porque leo muy poco ese género.
En esa tendencia reggaetonera parecen inscribirse las novelas, cuentos y hasta ensayos de las nuevas firmas que hoy colman las librerias.
El la librería El Ateneo Grand Splendid de Buenos Aires, te llevas cada sorpresa cuando te paseas por los primeros capitulos de algunos de estos libros premiados o exitosos.
En particular los argentinos muestran una facilidad para estructuras sus novelas y relatos con la gracia de los reggaetoneros, a ello súmale el lenguaje coloquial de los porteños que aparece en forma recurrente en su prosa. Lo cual tampoco le resta calidad a sus oraciones y versos, pero le complica la lectura a los extranjeros que no dominan su jerga. No es facil entender a estos panas. A veces te consigues párrafos que piensas que estas leyendo otro idioma que no dominas.
Algunos los releo varias veces y finalmente claudico. A veces pienso que soy yo, que he perdido la capacidad de entendimiento o que mi chip de vieja data no lee adecuadamente las aplicaciones de esas nuevas tendencias de la literatura.
Estaré desactualizado?.Claro, me digo, ellos escriben para sus paisanos, que seguramente entienden todas sus boludeces. En los autores venezolanos salvo algunas excepciones es casi inexistente este léxico contra natura. Llamémosle galimatías líricas.
No voy a mencionar a ninguno en particular, pero en algunos casos he llegado a pensar:
"esta tipa está sollada". A lo mejor terminas seducido por su prosa y olvidas finalmente la influencia del reggaetón.
Otras veces, siendo generoso en la critica, pienso que a acaso serán efectos colaterales de la pandemia, de las cuarentenas inmamables o el distanciamiento social y sexual.
Y si no es nada de esto, queda entonces la duda de saber qué ocurrirá cuando se manifiesten los efectos de este período de privaciones y aislamiento en la psique de los escritores.
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