El síndrome de "La Vida es Bella"
La Vida es Bella, nombre de una maravillosa película de Roberto Benigni galardonada con 3 Oscar en el año 1998, es considerada
por muchos como una de las mejores películas de todos los tiempos; su trama
principal radica en el ingenio de un simpático judío italiano durante la
segunda guerra mundial para hacer creer a su pequeño hijo, escondido en los
pabellones de un campo de concentración nazi, que lo que él vivía en ese sitio era
divertido, bonito, chévere como decimos
los venezolanos. Que se trataba solo de un juego en el que debía soportar
algunas infamias para poder ganar. El procuraba que su hijo no se diera cuenta
del horror que padecían los judíos en esos antros del fascismo.
En la Venezuela que vivimos desde hace diecisiete
años, de vulgar socialismo, hoy, en el peor estado posible de empobrecimiento
de la clase media, muchos nos hacemos los locos para no enloquecer, evadimos
hacer las horrendas colas para comprar alimentos o se las dejamos a la mujer o
a otro familiar; nos privamos de algún alimento predilecto con la excusa de que
es dañino para la salud. Otros se caen a palos, así sea de ron que es lo mas
asequible, para mantener la idea de que podemos celebrar. Nos damos tal cual
viaje por tierra para pensar que se puede viajar, jugamos tenis, hacemos yoga, en
fin, nos caemos a coba sobre-endeudándonos con las tarjetas de crédito. Evadimos
estúpidamente la realidad infame que viven millares de venezolanos para comprar
alimentos, medicinas, repuestos de vehículos, etc. Hay realidades que otros tienen la suerte de
no experimentar --por ahora- como es requerir algún medicamento para el
tratamiento de enfermedades crónicas, por
tener una buena salud. Otros –muy pocos- no han sido objeto del hampa y por
ello no han sufrido el miedo y el horror
de un trance tan dramático como ese.
Otros, han sufrido el hampa y la tortura
gubernamental –que no se si es peor- como es el caso de Joselyn Prato, que fue
detenida durante 68 días, sin haber participado en el conocido incidente del abucheo a la mujer de Diosdado
en Morrocoy, y vivió la pesadilla pavorosa que nos relata Leonardo Padrón en su
crónica Un problema tonto.
Solo se sustraen de estas vergüenzas los enchufados
del régimen, militares corruptos, magistrados lacayos de Miraflores y demás
funcionarios abyectos que transitan
escoltados y abundan en este oprobioso gobierno. Para estos inmorales la vida
si es bella y ellos viven La Dolce Vita, película
de Federico Fellini.
Cuando suponíamos que la salida constitucional estaba
cerca con la victoria abrumadora obtenida
por la oposición en las elecciones parlamentarias, la dictadura maquillada de
Maduro, no oculta el fascismo propio de estos regímenes, utilizando a sus
serviles amanuenses del tsj -con cargos de magistrados obtenidos
fraudulentamente- para burlarse de las decisiones de la Asamblea Nacional, más
bien de la bancada opositora, torciendo el contenido inequívoco de la
Constitución Nacional, valiéndose de truculencias jurídicas para interpretar la
Constitución conforme a los intereses de Miraflores y argüir estupideces
cantinfléricas como aquella conocida fe de erratas: Donde digo digo, no es digo lo que digo, lo que digo es Diego.
Pereciera, a mi modo de ver, siguiendo a Ramos
Allup, que el gobierno fuerza un golpe de Estado, al cerrar las vías
constitucionales para que la mayoría de los venezolanos procuren un cambio de
gobierno en sana paz.
No se sorprendan cuando la Asamblea Nacional, convoque a referéndum, enmienda o cualquiera de las fórmulas
contempladas en la Constitución como medio para frenar este caos de gobierno, y Maduro y su pandilla, valiéndose de su
guarimba judicial -el tsj- ordene sentenciar que es inconstitucional tal
convocatoria por cualquier idiotez que se les ocurra a esos magistrados del horror.
Entonces, quedará ante el mundo evidenciado que
esta dictadura con traje de democracia, no tiene escrúpulos a la hora de defender
y mantener los privilegios que ha usufructuado tantos años bajo la conchupancia
del corrupto poder cívico-militar, o cínico militar, como diría un amigo, a costa
del hambre de la mayoría de los venezolanos.
Mientras, la mayoría seguirá viviendo El infierno venezolano que nos describe
estupendamente Laureano Márquez en el semanario Tal Cual.
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