Venezolanos arriban al "Mar de la Felicidad"
Venezuela tuya, fue
un slogan que identificó la campaña publicitaria turística de Venezuela en los
años 80, bajo el gobierno del presidente Pérez. Hoy, esa expresión sustituida
por Venezuela suya es la queja de la
mayoría de los venezolanos contra un régimen de gobierno revolucionario que inició un mediocre militar de Sabaneta hace
diecisiete años ungido como presidente del país por las masas populares, que se
creyó dueño del país y luego legó a un chofer de El Metro mucho más mediocre
que él, que también se creyó su dueño y por ello se siente con derecho a
negarle al pueblo una salida constitucional al caos de su gobierno, como la Enmienda
o el Referéndum revocatorio, valiéndose de un vergonzoso Tribunal Supremo y un
corrupto poder militar. Así lo asomó veladamente en su perorata del día 17 de
febrero donde anunció su paquete de medidas hambreadoras.
La
semana pasada al concluir mi artículo “El síndrome de La Vida es Bella”, hice un ejercicio de imaginación sobre lo que
será Venezuela en más o menos dos años, o sea, cuando Maduro esté más cerca de
la expiración natural de su mandato. Después de anunciadas las medidas económicas
(inflacionarias) tomadas ese día 17, mas me convenzo que lamentablemente la
velocidad de empobrecimiento de los venezolanos -relación ingresos/costos-
acentuada ahora con dichas medidas, nos asoma a una Venezuela surrealista donde
sólo tendrán capacidad de pago para determinados gustos y necesidades la
oligarquía, la boli-burguesía, los enchufados del gobierno y los militares
corruptos y narcos.
Por
citar solo dos o tres rubros en los que las clases media –empobrecida- y baja
quedarán excluidos, veamos:
Restaurantes 5 estrellas: Estos
establecimientos han venido quedando para uso exclusivo de los enchufados,
corruptos, militares y demás perlas del oficialismo, así como de algunos
afamados médicos y ricachones gourmet y uno
que otro irresponsable que se endeuda con la tarjeta de crédito para
impresionar a una fémina, pues ni los chinos de El Bosque han podido mantener
precios razonables para sus asiduos comensales. Muchos de estos negocios
bajarán pronto la Santa María, no podrán mantenerse en la competencia con
tantas bajas en su flujo de comensales.
Ello supone que sus cocineros,
mesoneros y parqueros, engrosarán nuevas listas de desempleados, bachaqueros y
algunos muy posiblemente sucumban a la delincuencia. Las medidas dictadas por
el Gobierno para restringir el consumo eléctrico
Hay
muchos otros rubros que sufrirán el impacto
del empobrecimiento, pero lo dejo a la imaginación de los lectores.
En
fin, vamos arribando al Mar de la
Felicidad que tanta envidia le despertaba a Chávez el pueblo cubano.
Qué
país puede prosperar a punta de aumentos salariales, sin aumento de la
producción, ni estímulos a la inversión, lo que solo se traduce en un pernicioso
repunte inflacionario y aumento del desempleo. Un país que solo produce
petróleo, delincuentes, corruptos, bachaqueros y desempleados, estimula el éxodo
de sus jóvenes talentos formados en la democracia que precedió a esta infame
revolución.
Chávez
y Maduro pasarán a la historia como los dos mequetrefes que fueron capaces de destruir
un país y su civilización, sin lanzar una sola bomba atómica.
Lamentablemente
estamos viviendo una Venezuela triste y desesperada, sumida en total caos en
todos los órdenes de la vida ciudadana. Ojala que un nuevo gobierno surja en
medio de este trance y pueda detener este desmadre que parece conducirnos al
abismo.
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