¡Salida, de emergencia!
Hace apenas un año, pronunciar la palabra salida
en las redes, te producía cierto temor a
ser enjuiciado por este régimen fascista y recluido por revoltoso o insurrecto
en los calabozos del SEBIN, en Plaza Venezuela –La Tumba le dicen a ese horror de esta dictadura-. Las peores
consecuencias de esta propuesta le correspondieron al líder
opositor Leopoldo López y su valiente mujer, apartando por supuesto las
víctimas mortales del gobierno de Maduro en esos hechos que este escuda en las
vocingleras presentaciones de un grupito pagado para parecer como supuestos familiares
de las víctimas (43 fallecidos) de las
guarimbas- quienes le atribuyen el carácter de victimarios - juicio amañado de por medio- a
Leopoldo y otros valientes muchachos que le acompañaron en esa gesta. Ellos han
cargado las taras de una propuesta que en ese momento no había prendido
suficientemente en el ánimo colectivo pero que ahora luce absolutamente viable.
En efecto, la salida de Maduro en el momento en que la propuso
Leopoldo y otros dirigentes políticos, pareció prematura considerando el corto
tiempo de este nefasto gobernante en el ejercicio del cargo, aun cuando sus
planes nos avisaban la tragedia que significaba su continuidad en la
presidencia.
Hoy, el ochenta por ciento (80%) de la población según las
encuestas más discretas, se inclina por su salida urgente de Miraflores. Muchos
políticos, intelectuales y gente de la sociedad civil piden a gritos su
renuncia. Desde luego, este posicionamiento se ha expresado abiertamente desde
que la oposición asumió el poder legislativo y este es dirigido
inteligentemente por Ramos Allup y los otros miembros de la directiva y la
oposición (MUD), coordinada por Chuo Torrealba se muestra valientemente
retadora a las atrocidades que acostumbra el régimen para apagar esos ánimos.
Ya están en la opinión pública las propuestas contenidas en la
hoja de ruta que se seguirá para la pronta salida de Maduro y su pandilla de
mafiosos del ejercicio del poder.
La mayoría
de los venezolanos concientes estamos angustiados por el presente infame que
hoy soportamos y por el futuro de nuestro país y el de nuestros hijos y nietos.
Muchos apostamos por ese cambio y haremos cuanto se requiera para echar de
Miraflores, del tsj, y del poder ciudadano a toda esa sarta de personeros incapaces de hacer algo bueno y
honesto por la colectividad nacional. Ahora, contamos
con la vocación democrática del pueblo venezolano, de sus jóvenes y de su
sociedad civil, vapuleados inmisericordemente durante diecisiete años por los miserables
personeros de este desgobierno.
Miraflores pondrá todas las piedras posibles en ese camino. Solo
nos queda con inteligencia movilizar el pueblo para presionar a CNE y al TSJ,
para que no se arrastren abyectamente a complacer al ilegítimo presidente y que
se haga posible la voluntad de la mayoría indiscutible del pueblo venezolano.
Como lo he sostenido en otros post, si el Gobierno hace
irrealizable estas opciones constitucionales, convirtiéndolas en una estafa a
la población, cerrando así todo camino democrático a la ciudadanía para acceder
a un cambio político, no nos quedará otra salida que pedir la intervención
extranjera -con mucha pena- para contrarrestar a los sátrapas que nos oprimen.
Claro, el régimen nos tildará de traidores a la patria porque ese es su formato para descalificar
estos llamados a la justicia internacional. Pero traidores son ellos, que entregaron
las instituciones venezolanas a Cuba y los Castro y los recursos naturales los
hipotecaron al Imperio Chino, a cambio de mantenerse usufructuando eternamente el poder y la
riqueza del país.
A último momento ha surgido otra propuesta, planteada en la
Asamblea Nacional por eminentes venezolanos, para deslastrarnos de estos
miserables comunistas, es la dudosa nacionalidad venezolana de Nicolás Maduro,
quien hasta la fecha no ha demostrado fehacientemente haber nacido en Venezuela.
Su silencio sobre el tema y sus imprecisas
y vagas respuestas han sido respaldadas por las instituciones responsables de
velar porque se respete la norma constitucional que establece la nacionalidad
venezolana por nacimiento como condición para ser presidente de Venezuela. El
CNE, las FANB, el tsj y el Ministerio Público, se hacen los locos o le restan
seriedad al tema, pretendiendo con ello descalificar la seriedad de este
señalamiento. Es tan simple comprobar la nacionalidad de una persona mostrando
las actas asentadas en los libros respectivos del registro, jefatura o
prefectura. Sin embargo, tal parece que dichos libros no aparecen o los
esconden. El presidente está obligado a demostrar cabalmente su nacionalidad
venezolana, esto quiere decir, poner a disposición de la prensa o de la
Asamblea los asientos originales de las actas respectivas. La Asamblea nacional
está en la obligación de asumir esta investigación con suma diligencia y
provocar una respuesta seria de las mencionadas instituciones. Claro, sabemos
que el grado de sumisión de estas instituciones al régimen es tal, que no nos
extrañe que les importe un pepino si el tipo es colombiano o cubano.
Los que hoy gobiernan en Venezuela son una VULGAR MAFIA. Una mafia utiliza primero el terror para controlar a sus víctimas. Los acorrala, los intimida y hacer su trabajo psicológico para mantenerlos siempre presos del miedo, lo que conlleva a la inacción. Pero si esto no es suficiente, si las víctimas de una mafia hacen el más mínimo gesto de rebelión, si se atreven a buscar una salida, la mafia utilizará sus mercenarios para controlar a sus víctimas por la fuerza. ¿Pasó en Venezuela? Con gas del bueno, el socialista Hugo Chávez lo hizo en incontables ocasiones con sus COLECTIVOS ARMADOS, delincuentes disfrazados de oficiales, el castro marxista comunista Nicolás Maduro lo ha hecho desde que usurpa el poder, especialmente en febrero de 2014 cuando ordenó el asesinato de estudiantes. Todos sabemos que esos 43 asesinatos de “las guarimbas” reposan sobre los hombros del Toripollo. Además, una mafia necesita rodearse de los peores y más peligrosos delincuentes, porque solo así impondrá el “respeto”. Necesita rateros comunes para que hagan trabajos menores. Ladrones profesionales para apoderarse de la propiedad de otros. Torturadores de talla mundial para que traten de torcer la conciencia de los que no quieren ser controlados. Sicarios y asesinos en serie para dar de baja a aquellos que no se arrodillen a su poder corrupto. ¿No es esto lo que hacen los Patriotas Cooperantes, la Superintendencia de Costos, El SEBIN, la Guardia del Pueblo, la Policía Nacional Bolivariana y la Guardia Nacional Bolivariana todos los días? Sí, lo hacen porque no son gobierno sino una VULGAR MAFIA. Las mafias necesitan hacer sus propias leyes y estructurar sus ministerios. Aquí, narcotraficantes y contrabandistas tiene su puesto seguro en el “gabinete de la mafia”. No pueden ser “cualquiera” los que desempeñen esta función; tienen que ser los más degenerados, los más miserables, los inescrupulosos bastardos, los que estén dispuestos a llegar lo más bajo que se pueda. Para esta función, una mafia necesita Padrinos López, Maduros, Cilias Flores y flia., Diosdados Cabellos, Tibisays y Ortegas Díaz, Tareks El Aissamis, Jorges Arreazas, Elias Jauas, Jorges Rodríguez, Gladys Gutiérrez; la mafia necesita a los peores ciudadanos, la escoria humana de un país en estos puestos porque su propósito es ese: ser una VULGAR MAFIA.
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