Un Nobel para Padrón
Un Nobel
para Padrón
Ayer tropecé en un viejo café de Altamira repleto de clientes de sus
famosos cachitos de jamón y queso paisa, con el poeta
Leonardo Padrón, a quien muchos conocen más por escritor y dramaturgo,
que por su obra poética; no porque haya dejado de serlo o no ensalce aun sus
inspiraciones literarias con algo de poesía, sino porque su talento de escritor
y poeta ha sido en estos últimos años acosado por el reto constante de la
dinámica política y la diatriba en las redes sociales. Eso lo mantiene muy
activo, a veces pareciera un militante de alguna ONG defensora de los derechos
humanos de los presos políticos o de las mujeres que hacen las colas “sabrosas”
en los Bicentenarios.
Yo en particular lo sigo
religiosamente en sus post quincenales
en Prodavinci, donde nos deleita con
su fino estilo de prosa poética. En muchas de sus crónicas nos relata desgarradores
momentos del sufrimiento de los estudiantes venezolanos, presos políticos en
las cárceles de la ignominia de este gobierno y las humillaciones de que son
objeto las venezolanas en las colas “del hambre”, que no son “juegos”.
Le invito el café con el ánimo de quien procura su compañía y algún consejo literario.
Poeta –le digo- tómese un café conmigo que quiero consultarle
algo, si tienes tiempo, claro.
-Qué te traes Méndez -me dice como quien sospecha algún tema
incómodo-
-¿Cómo va tu último libro de “Los Imposibles? –le pregunto
por lo suyo, para despertarle algún interés por la conversa que le propongo-.
-Ya está por publicarse. Estoy afinando detalles sobre la
distribución con la editorial.
-Ah, qué bueno. Y cómo ha estado la venta del tercer
libro de crónicas, el más reciente. El anterior “Se busca un país”, me dicen que se vendió bien.
-Bueno, tú sabes cómo se ha reducido
el mercado de lectores en Venezuela, con la crisis económica, los precios de
los libros y la escasez de alimentos y medicinas, que han subvertido los
hábitos de esparcimiento y cultura de los venezolanos. Pedirles que compren
libros es casi una afrenta.
-Además, esas crónicas tu las venias
publicando en Prodavinci. No es un
contenido inédito. Te quería preguntar precisamente, si crees que
comercialmente afecta o no la venta de libros de crónicas, haberlas publicado
antes en las redes, blog, etc. , porque me parece que los lectores si pueden
leer el contenido en internet, así sea por partes, desde una tablet, optarán por ahorrarse el gasto
de comprar el libro.
-No creas Méndez, a los lectores les
gusta tener el físico de las obras que leen, es así como un premio a su
esfuerzo y vocación. Los que leen solo contenidos electrónicos son lectores pasajeros o circunstanciales. Claro,
existe el riesgo de que al leer un pasaje del libro en internet este pueda no
seducir al lector y opte por no comprarlo. Pero ese riesgo lo corremos todos, por
supuesto mas lo autores no consagrados. Pero obviamente la mejor publicidad de
la obra es la obra misma. Si es buena, se va a vender.
-Muchos también compran por el autor.
Si es reconocido, lo leen. Algunos no terminan de leer la obra si es pesada. Aunque hoy día los lectores seleccionan con
aprensión sus novelas, investigan el contenido y las opiniones en foros antes
de decidirse. Tus últimos dos libros de crónicas son muy buenos aunque ambos
giran en torno al tema de la infame vida de los venezolanos en los últimos
años.
-Bueno Méndez, es lo que la agenda me
ha permitido escribir. Además, son las vivencias que he tenido y la información
recibida directamente de las personas que aparecen en estas historias. Lo que
les he agregado es la prosa cimera y triste con que se cuentan las tragedias
para que los lectores se sientan imbuidos.
-Poeta, a mi la crónica periodística
estricta no me apasiona porque me parece que limita la creatividad literaria.
Yo soy de la idea de agregarle algo de ficción; ello te relaja y da paso a la
prosa humorística que engancha tanto a los lectores.
-Méndez, pero los relatos que abordo
en esas crónicas son tan lacerantes y desgarradores que no hay cabida para el
humor. Además, siguiendo a Suniaga, “en la literatura la ficción es
tolerable, bienvenida y celebrada, en el mundo de la crónica, jamás,”
-No crea poeta, el venezolano hace
humor hasta de sus tragedias. Pero además, te insisto, me gusta más la crónica
con una buena dosis de ficción que la haga parecer un cuento en vez de
historia. Bien dice Alberto Salcedo
Ramos, el gran cronista colombiano, que una buena crónica es aquella en la que
los hechos narrados parecen mentira pero son verdaderos Es más,
creo que comercialmente pueden tener más éxito. No ves como Laureano Márquez ha convertido sus cuentos en materia prima
para sus presentaciones a casa llena, hasta en Miami.
-Te entiendo Méndez, pero mis relatos
de la resistencia son demasiado serios, como para colarles alguna broma, no te
parece?. De todas formas siempre hay un toque de inverosimilitud en una narración
verdadera. Yo supongo que mis crónicas tienen ese toque. Como dice Francisco
Suniaga, sobre la crónica, “el apego a la verdad no implica que se deba
sacrificar la creatividad”.
-Poeta, se ha dicho que la crónica es
una narración en la que se debe echar mano de recursos literarios propios de la
ficción, sólo que a veces la verdad es tan increíble que parece una farsa y no
necesitas ponerle nada más. A mí, me
gusta más escribir cuentos o ficciones que parezcan verdad. En todo caso, este
es el momento para hacerte la pregunta que quería. ¿Es muy difícil llegar a
ganar un Nobel escribiendo crónicas y entrevistas?
-Si lo dices por mí, no tengo esas
aspiraciones. Pero te informo que obtener un premio Nobel, supone una obra literaria
muy densa, que además comprenda una significativa contribución a las corrientes
universales del pensamiento y que el escritor haya obtenido previamente
reconocimientos que lo apuntalen.
-Claro poeta, es que por más talento
que muestre un escritor cuando escribe crónicas periodísticas y entrevistas, como
es tu caso, es poco el margen para la creatividad. Sus relatos se limitan a la
realidad de los hechos de que tiene información o a las anécdotas que le cuentan
los entrevistados. Además la crónica
periodística pareciera pertenecer más al campo del periodismo que a la
literatura.
-La novela es el género que recibe
generalmente este premio. Dudo que solo haciendo crónicas puedan alcanzarse
meritos para un premio universal. Además, la novela permite exponer más
virtudes literarias. Es un esquema mental complejo donde intervienen distintos
elementos para estructurar una historia completa que apasione, por eso, a
muchos escritores les lleva años escribir una buena novela.
-Además, la novela se vende bien
cuando es una historia interesante y bien narrada. La prosa y la poesía son
apenas elementos que contribuyen a la fascinación por la obra. Fíjate la obra
reciente de Alberto Barrera Tyszka, sobre la muerte de Chávez, “Patria o
Muerte”, que hasta ganó un premio internacional. A ti qué te pareció esa
novela, que bien puede catalogarse como la articulación de cuatro o cinco
pequeñas historias o cuentos, porque son
ficciones, bien entrelazadas, sobre las que gravita un mismo hecho real: la
enfermedad y muerte de Chávez.
-Es una excelente obra de Alberto
Barrera. Es una novela en clave de crónica.
- A mi me gustó mucho, aunque
consideré inconclusa alguna de las
historias, no sé si fue concebida así como estrategia del escritor, o tal vez
deba yo darle una segunda lectura, Pero en todo caso, la idea de novelar esa
serie de situaciones articuladas en torno a ese tema que constituyó un secreto
de Estado, me pareció genial.
-Méndez y tu blog de crónicas, ¿has
seguido escribiendo?
-Si claro, a veces me aparto del
género para opinar políticamente, porque cuando callo sobre las atrocidades de
estos malandros que nos gobiernan, me produce un estado de intranquilidad
insoportable que solo dreno escribiendo. Pero fíjese poeta, con la “crónica”
que haré sobre esta conversación arribo a mi post número cien (100) en el blog.
-Oye, Méndez, que bueno, voy a mirar
tu blog, que tengo tiempo sin leerte. ¿Tiempo
de Memorias, se llama?
-Sí, punto blogspot punto com. Bueno
poeta, la conclusión de este café es que si tu talento literario no puede ser
premiado universalmente, al menos
pudiéramos postularte por los méritos de tus denuncias a favor de los derechos
humanos. Una candidatura al Nobel de La Paz, sería una forma de reconocer tu
desinteresado aporte a esa causa.
-Caramba Méndez, muchas gracias, pero
paga los cafés y nos vamos.
(Nota del autor: Este relato es ficción,
no es crónica)
Hno, aunque sea ficción esta muy interesante, y en verdad al poeta como le llamas, se merece ese reconocimiento, que dios les guié siempre que mas temprano que tarde se les reconocerá. saludos.
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