Los panas de Oliver
Oliver camina por
la acera norte hacia el restaurante “Urrutia” en la avenida Francisco Solano de
Sabana Grande a reunirse con sus grandes panas
Josete y Gorki. El primero un gourmet asiduo del restaurante, sibarita y
generoso comensal a quien conoce desde hace varios años cuando coincidieron
laboralmente en el mismo grupo financiero. El segundo, un amigo común, contador
público que Oliver conoció en el gimnasio del Hotel Hilton, cuando en la época
de bonanza económica coincidían en el baño sauna a sacarse la resaca de la
parranda de la noche anterior y a hablar paja del gobierno. El motivo de los
tragos en el “Urrutia”, ver el partido de una final de Copa del Rey entre el Barcelona y el Real Madrid, que en
estos restaurantes es un jolgorio de whisky, vinos y degustación de platos vascos.
Siempre que se
reúnen, retoman viejas conversaciones que les recuerdan con nostalgia aquellos
célebres momentos.
-Mi pana mío –le
dice Gorki a Josete- sí gana el Barça tu pagas y sí gana el Real Madrid pagamos
Oliver y yo.
-Es justo –dice
Oliver- porque generalmente gana el Barça y pagamos nosotros.
-¡Si va! –asienta
Josete-.
-Bueno Gorki, me
estaba contando Oliver que la canción que tanto te gusta cantar y que
consideras la mejor de la historia, “Cenizas”,
que interpreta magistralmente Toña La Negra, ¡tú no sabes quién es el autor!.
-Oye de verdad
que escuche su nombre alguna vez, pero no lo recuerdo –dice Gorki-.
-¿No es de Rafael
Hernández?– insinúa Josete con un dejo de duda-.
-Es de un
mexicano, de Mérida, Yucatán, de nombre Manuel (Wello) Rivas. Se hizo célebre
con esa canción y compuso muchas otras. Pero esa canción catapultó a Toña La
Negra, sin duda, y fue tal su éxito que sólo se recuerda a Toña. Algunos hasta
creen equivocadamente que la compuso
ella o Agustín Lara –afirmó Oliver zanjando las dudas-.
-Bueno Gorki, ahí
tienes para que corrijas tu archivo musical –afirmó Josete mofándose-.
-Si ya ordenamos
unos Buchanan, te pedimos el tuyo también –acota Josete-.
-Oliver, por qué
no nos recreas un poco ese tiempo de soltero que tuviste, cuando conociste a
Gorki y se emparrandaban juntos. Yo vengo a enterarme es por los cuentos que escribes
en el blog –propone Josete-.
-¿Sobre qué
aspecto quieres detalles? –pregunta Oliver
-El cuento ese de
la Miss Venezuela que te levantaste cuando estabas divorciándote. ¿Cómo fue eso?,
porque tu no eras ningún galán.
-Bueno, ya de su
reinado había pasado bastante tiempo, pero se conservaba bella aun. Yo era el
Presidente de la Junta Liquidadora del BND y Consultor Jurídico de Sudeban, eso
me daba cierto pedigrí. Ella era abogado externo del banco y yo tenía el poder
de tomar ciertas decisiones. El poder seduce y yo creo en eso. La conocí en
aquella discoteca que quedaba en el CCCT, el “City Hall”, en una de esas parrandas que
cuadraba el gerente general que era el pana Bustillos. Yo estaba joven aun y en
ese momento disponible.
-No y el jefe
–así le dice Gorki a Oliver- se ponía tremendas pintas, Ermenegildo Zegna, Roberto
Cavalli. Eso también tiene su encanto.
-¡Chequera mata
galán! –apuntó riéndose Oliver-.
-Bueno y ¿qué
pasó, no te enamoraste de la miss? -preguntó Josete
-No me dio
tiempo, yo estaba enamorado de otra caraja, una compañera de trabajo, casada.
-Coño brother, si
es verdad que usted no perdona la nómina –acotó Josete-.
-Por eso es que
yo no salí mas con ese loco, se toma tres whiskys y empieza a inventar y a
llamar amigas. Y si toma vodka ni lo reconoce a uno –dice Gorki-.
-Que va –dice
Oliver- es Josete al que se le mete el diablo cuando se baja medio frasco.
-Yo no corro en
esas carreras –dice Gorki- ustedes saben cómo soy yo de fiel a mi mujer.
-De verdad que al
pana le da es por cantar canciones de Julio Jaramillo, ¡ja ja ja! –afirma Oliver muerto de risa-.
-Coño Gorki –dice
Josete- ¿esa fidelidad tuya es real? porque un bohemio que no mire para otro
lado es un caso bien raro.
-Epa loco, qué es
eso de raro?, lo que pasa es que todo tiene su momento y yo soy muy
circunspecto. No arriesgo en esas jugadas.
-¡Ahhh, pero si
te lanzas! -acota un conocido de otra mesa que sigue la conversación-
-Claro mi pana,
la carne es débil. Por eso yo trato de echarme palos en compañía de ella para
evitar la tentación.
-Déjate de verga,
a mi me gustan mucho las mujeres –salva nuevamente Gorki-.
-Este carajo es
una especie en extinción –acuña Josete-.
-Cómo cuántos
whiskys llevamos ya –pregunta Gorki-.
-Coño ya vas a
llamar a la mujer para que te venga a
buscar –desafía Oliver-
-¡De bolas!,
antes de que se les meta el demonio a ustedes y terminemos como los tipos de la
película Qué pasó ayer -apunta Gorki-
-Lánzate con una
de Julio Jaramillo -le dice Josete a Gorki-.
-Los tragos como
que están haciendo efecto, no ves que Oliver
está marcando el celular- advierte Gorki-.
Goool!!!, Goool!!!,
gritan en las mesas. Al parecer el gol del Barça fue en el descuento y finaliza
el partido.
-“Nuestro
Juramento” ¿les parece bien para empezar? – inquiere Gorki-.
-¡Si va! -dicen
Oliver y Josete casi al unísono-.
-Aquí les traigo los
platos de mero como los pidieron –irrumpe el mesonero mostrando sus habilidades
de malabarista colocándolos rápidamente sobre la mesa-.
-Esta vez la
cuenta la dividimos –acota Josete- porque ganó el Barça con un penalti y a ese
mero no le brillan los ojos.
-Al que le
brillan los ojos es a Oliver desde que entro aquella catira buenamoza -dice
Josete-.
-Tráeme otro
whisky porfa -pide Oliver al mesonero-.
-Que va, yo mejor
como y me voy -dice Gorki-
-No mi pana,
arránquese con “Cenizas” –ordena Josete procurando alargar la parranda-
- ¡ja ja ja! - ríe Gorki tomándose un trago de agua con
cierto protocolo, advirtiendo que es para aclarar la voz…..
vas por el camino de Suniaga ... exitos !!
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