Recordando un amigo
A propósito del fallecimiento de
José José, el Príncipe de la canción, un ídolo de nuestro tiempo, recordé que
mi amigo Pedro Burguillos, disfrutaba muchísimo un temazo del cantante: “40 y 20”-
Hoy, a casi dos años de la partida de Pedro, publico en este blog el post que escribí
a los días de su fallecimiento y que solo difundí entre su círculo familiar,
pero sus amigos me han pedido lo haga público.
Prólogo
La partida de un ser querido, sobre todo cuando se trata de un amigo entrañable, siempre deja una huella profunda. En este relato se revive la memoria de Pedro Burguillos, un hombre que vivió intensamente, rodeado de amigos, de bohemia y de amor por su familia. Su carisma y autenticidad lo convirtieron en una figura inolvidable para quienes compartieron su vida con él, especialmente en aquellos años de gloria en la Caracas de la "Cuarta República". En estas líneas, Oliver, su amigo, abre las puertas a sus recuerdos, compartiendo no solo su dolor, sino también el respeto y admiración que Pedro supo ganarse.
Lo que sigue es un testimonio que, aunque originalmente fue destinado solo a su círculo familiar, hoy ve la luz a pedido de sus amigos, quienes también lo extrañan. Este es un homenaje a un hombre cuya vida dejó huellas imborrables, un tributo que nos recuerda la importancia de la amistad, de los momentos compartidos y del legado que aquellos que se van, dejan tras de sí.
Con estas palabras, honramos la memoria de Pedro, “el caballero de la noche”, un apodo que no solo refleja su amor por las parrandas, sino también su nobleza, su generosidad y su lealtad inquebrantable hacia quienes lo conocieron y lo amaron.
Se fue “el caballero de la noche”
Oliver pensaba que su mala racha del
año 2.017 había concluido con el
noviembre negro, cuando incurrió en una inversión falaz en Maracaibo, dentro
del proceso de dispersión emocional que padecía a raíz de decisiones personales
que cambiaron su vida ese año, pero no sería así. El día de los inocentes -28
de diciembre- se entera del fallecimiento de quien fuera su mejor amigo durante
la década de los 90, el economista y profesor universitario Pedro Burguillos,
“el caballero de la noche”, así le decían algunos de sus amigos a Pedro, no
porque usara algún atuendo de Batman para ocultar su identidad, porque si de
algo podía presumir el negro Burguillos era precisamente de su autenticidad. Le
decíamos “el caballero de la noche” quienes compartimos muchísimas noches de
parranda con ese tipazo en nuestra época de gloria en la Caracas de la “Cuarta
República”. Su particular carisma para
hacerse de amigos y amigas, su caballerosidad natural que deslumbraba a quienes
le seguían, fueron junto a su generosidad, los procederes que más le distinguían.
“Amigo de los amigos” es un decir que tuvo en Pedro la mejor versión.
Oliver lo
recuerda con mucho afecto ya que fue su Sancho durante el rubicón de su etapa
de divorcio. Por estas fechas bien le
hubiese servido de apoyo un Pedro Burguillos, pero éste hace unos años que
colgó los guantes de la vida bohemia, su
salud aquejada por las deficiencias propias de la vejez y las infamias de la
restringida vida social a que nos constriñó el proceso “revolucionario”, lo
llevó a apartarse de los restaurantes y de sus amigos.
Oliver recuerda que una de las
últimas veces que compartió con Pedro fue precisamente el 11 de abril, durante
la gesta histórica de miles de venezolanos, cuando juntos vieron caer a varios compatriotas asesinados por
balas aparentemente de francotiradores. Evento que cambió por horas el rumbo
del país y condujo a la breve caída de
Hugo Chávez. Después lo vería unas dos o tres veces más durante la campaña
presidencial de Rosales, y una que otra vez en restaurantes de Sabana Grande a
los que era asiduo en su decadencia el negro Burguillos.
Pedro fue un padre
prolífico que amó por igual a tantos hijos. Tuvo en su adorable esposa Gloria
el gran acicate y punta de lanza de su última etapa de guerrero. Deja una gran
familia de venezolanos de bien.
Pedro disfrutaba un mundo la versión
que hacía Billo´s (Cheo García) de la canción de
Aceves Mejías “No, negrita No”; sobre todo de su estribillo “Yo no soy el negro
´tombo´ que cantaba en el manglar/Ahora soy el negro fino/ que ingresó en la
sociedad”
¡Negro, siempre te recordaremos!.
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