Oliver regresa a Maracaibo

Resuelve viajar por vía terrestre ya que los precios
de los pasajes aéreos y los gastos adicionales que esto supone se han hecho
prohibitivos para la clase media venezolana, brutalmente golpeada por la
terrible inflación desatada por las erradas políticas económicas del régimen
comunista iniciado por Chávez y acentuado por Maduro y su pandilla. En el
camino aprovecha para ordenar sus ideas y el itinerario probable al arribar a
la "tierra del sol amada" como mientan los maracuchos a su terruño.
Una de las ideas que pasa por su cabeza es la posibilidad de regresar a su madre ya recuperada a la casa grande de Sebucán y
contratar una persona para sus cuidados elementales. Los precios de las
mensualidades de los ancianatos privados son una verdadera ruina para un
asalariado. Los públicos los supone infames por lo que ha podido leer en
la prensa nacional sobre la situación deplorable en que se encuentran muchos de
estos.

Realmente Oliver ya había escuchado en Caracas
comentarios en ese sentido, pero no quería creerlos, no porque tuviese razones
para dudarlo, sino porque considera que su cupo de tragedias en el año ya
estaba agotado.
¡No puede ser! -inquiere colérico-, hasta cuándo
estos banqueros se enriquecen a costa de los depositantes y andan tan campantes
por el mundo dando conferencias sobre su exitosa trayectoria empresarial y alardeando de
una moral inexistente.
Este banquero en particular siempre ha estado en la
cuerda floja -sostiene Oliver-. Si lo sabrá él que fue su asesor hasta el día
que tuvo la osadía de exigirle que se apegara a la ley, señalándole que él como
abogado no hacia milagros.
Si papá -afirma el junior- parece que el tipo se
pone duro para devolver los depósitos en dólares que capta con su banco
de Curazao. Al parecer compromete la liquidez necesaria para honrar
oportunamente los retiros y eso le ha ganado fuertes críticas a su proceder y a
la solvencia de sus bancos. Dicen que muchos depositantes han amenazado con
demandar. Tú qué piensas hacer?
- Mira chamo, yo dudo que ese banquero y sus lacayos
se atrevan a demorarme la devolución de mis dólares que hoy mismo voy a
formalizar con un mail. No creo que se expongan a una campaña de descrédito que yo desataría por las redes
contra ese grupo financiero.
Ellos saben el daño que a la estabilidad de esas
instituciones bancarias haría una opinión negativa de un ex consultor jurídico
de Sudeban y director de una ONG que defiende derechos de los depositantes.
- Bueno padre esperemos que no sea necesario llegar
a esos extremos para que te devuelvan tus reales-
- ¿Y te recuerdas de Pablo? el que fungía de
gran gurú judicial de ese grupo. Ahora anda por España dándose la gran vida y
publicando en facebook a cada rato sus vanidades. Sí me salen con comiquitas, hasta
ese guevón por facebook va a saber quién soy yo.
- Tranquilo padre. ¿Entonces, cuál es el itinerario?
- Bueno hijo, por lo pronto llévame esta noche
a la Basílica a visitar La Chinita. El sábado vamos a Cabimas a ver qué molleja
pasa con ese negocio que no termina de dar ganancias.
-Si va papá
En la noche, luego de pasar gratos momentos con su
nieta Sofía, fue a rezarle a La virgen de Chiquinquirá. Por el camino le
comenta a su hijo:
-Junior, como está de descuidada esta ciudad,
puros huecos y basura. La plaga chavista por lo visto ha caído sin clemencia
sobre este territorio.
-Y con ese dólar arribando a los cinco mil bolívares,
te podrás imaginar lo que nos espera.
-Una brutal hambruna y más delincuencia. ! Solo nos
queda rezarle a La Chinita !
- Oye padre y cómo terminó tu tránsito por aquel
banco colombiano donde eras director suplente, que te propuso el banquero gallego amigo tuyo?
- ¡Bueno hijo yo ya no sé si creer en amistad de
banqueros!
Oliver regresó a Caracas el lunes 5 de diciembre de
2016, y como hecho curioso se consiguió
con una escena menos contundente pero no menos grotesca que la
que encontró en noviembre de 2013 a su regreso de Maracaibo, cuando el Dakazo,
celebré festín demagógico implementado entonces por el presidente Maduro ordenando la ocupación de la
red de tiendas Daka, para que vendieran a “precios justos” y así levantar su
baja popularidad. Ahora, un esbirro del régimen, el Superintendente de Precios
Justos, desata contra los comercios del centro comercial Citi Market en Sabana
Grande y El Tolón en Las Mercedes, una fiscalización policial con la
parafernalia de cierre de tiendas que habían ajustado los precios de venta en
virtud de la brusca devaluación del bolívar ocurrida la pasada semana, de modo
de poder reponer inventarios.
¡Nada que ver,
la “revolución bonita” no entiende de economía!
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