Conversación imaginaria en Miraflores



Conversación imaginaria en Miraflores

Maduro: Elías, ¿cómo anda el Estado Comunal? ¿Viento en popa?

Jaua: Caramba, Nicolás, la verdad es que deberíamos pedir ayuda a La Habana para convencer a nuestra gente de la necesidad ideológica de las comunas, porque lo único que quieren es billete para atender el proyecto. Antes estaban motivados con el discurso del Comandante, el "hombre nuevo" y toda esa paja, pero ahora lo único que preguntan es: ¿cuánto hay pa’ eso? Pareciera que ya no creen mucho en la vaina social.

Maduro: Claro, mi Comandante tenía un don para embaucar a esos tierrúos. Yo intento transmitirles el mismo mensaje, pero tú sabes, con mi verbo limitado, no me paran ni media bola.

Jaua: Así es, mi Comandante era el propio encantador de serpientes.

Maduro: Bueno, lo que tenemos por delante son las elecciones parlamentarias. Hay que allanar el camino para asegurar la victoria, porque esta crisis nos la está poniendo difícil.

Jaua: Sobre todo ahora que la MUD nos puso el camino más rudo con la designación de Chúo Torrealba. Ese carajo tiene su gente en los barrios. Hay que buscar la manera de contrarrestar su popularidad.

Maduro: Tranquilo, Elías, eso ya lo están manejando en La Habana. Ellos están diseñando el plan para bajarle los humos a ese pendejo.

Jaua: Sí, Nicolás, pero últimamente hemos estado torpes en las estrategias. Fíjate en el desastre que fue tu asistencia a la ONU; coño, nos sacaron hasta los dólares que te gastaste en esa vaina, que fueron bastantes, por cierto. Creo que debemos diseñar nuestra propia estrategia, porque lo que funciona para los cubanos no necesariamente sirve aquí. Los cubanos están acostumbrados a que todo se los dé el gobierno, pero los venezolanos tienen otra mentalidad, son gente de trabajo.

Maduro: Coño, Elías, con esta caída del precio del petróleo se nos está complicando la revolución. Ya no podemos diferir más las medidas económicas porque, ¿con qué carajo vamos a financiar las elecciones parlamentarias y mantener las misiones? Ahí hay que soltar billete pa' la calle.

Jaua: Y ni hablar de las demandas en el CIADI. Me informan que ya suman aproximadamente 24 mil millones de dólares. Si no pagamos, nos van a embargar todos los bienes que tenemos afuera: refinerías, aviones… y no vamos a poder sacar nada del país.

Maduro: Creo que vamos a tener que convencer a Diosdado de abrirnos al diálogo con la oposición. Porque la única manera de sortear este vendaval es involucrando en este zafarrancho a esos guevones de la MUD.

Jaua: No creas, eso no es fácil. Ese Chúo no es ningún pendejo. No anda con mariqueras. El tipo sí mueve gente en los barrios, no sifrinitos como los que seguían a los encorbatados de antes.

Maduro: Coño, Elías, nos han caído todas las plagas. A las deficiencias de salud y la escasez de medicinas, ahora se suma el mosquito del coño ese que trajeron los dominicanos, y las amenazas de otras pestes arrechas: fiebre hemorrágica, ébola… En Maracay esa vaina ya es incontrolable.

Jaua: No joda, Nicolás, y los ministros que hemos puesto en esa área son unos inútiles. Los mandamos a Cuba a "aprender", pero lo que hacen allá es caerse a palos. Vamos a tener que pedir ayuda a los chinos y poner unos ministros chinos. Al menos nadie les va a entender un carajo de lo que anuncien.

Maduro: De verdad, Elías, no sé qué coño hacer. Si el barril sigue bajando, como que voy a dejar el pelero. Diosdado, que es el que más odia la oposición, que asuma su peo. Los gringos nos están dando largas, pero en cualquier momento encuentran una excusa para aplicarnos una medida drástica. Si no pagamos esas demandas, nos aplican el famoso “default” y nos joden de verdad.

Jaua: Y lo peor es que muchos militares ya compraron casas en Curazao, Aruba y Panamá para pirarse cuando esta vaina se termine y tengamos que dejar el poder.

Maduro: Sí, esos vagabundos no quieren hacer el papel de los músicos del "Titanic". Apenas vean la vaina fea, se largan.

Jaua: Coño, Nicolás, qué triste el final de Serrita. Cómo lo odiaban los escuálidos.

Maduro: Yo creo que eso fue obra de la oposición, de la ultraderecha.

Jaua: Bueno, hay que tener cuidado con andar echándole el muerto a los escuálidos. No hagamos el papelón que hicimos con Otayza, que señalamos al Imperio y resultaron ser unos choritos de Ocumare.

En ese momento, entra la secretaria y anuncia que Raúl Castro está en la línea del teléfono rojo.

Maduro: ¡Otra vez el viejo ese! Seguro que es para pedirme quién sabe qué vaina.

Jaua: Coño, de verdad que provoca mandar a esos chulos a joder al carajo… Pero dime tú, ¿dónde vamos a vivir cuando este peo se termine?








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