Mientras dirigía la ONG
denominada originalmente ANAMIBAN y luego IUSBANCA, un amigo en conocimiento de
algunos hallazgos relevantes en la institución bancaria Banvalor, por parte de funcionarios
de inspección de la Superintendencia de Bancos, le sugiere a su presidente que
es también su amigo, la conveniencia de contratarme, dada mi experiencia en el
tema de la supervisión financiera, considerando que yo había tenido una
reconocida experiencia como consultor jurídico de la Sudeban, además de toda la
adquirida como consultor jurídico de un conocido banco zuliano. Este le compró
la idea y no tardó en citarme para ofrecerme una asesoría jurídica a nivel de
la junta directiva del banco. Yo por esos tiempos ya prefería la asesoría
externa de las instituciones, pues mis vivencias en la administración de las
instituciones bancarias no me habían dejado buen recuerdo. Las experiencias en el submundo empresarial bancario, las
miserias de las relaciones de poder y de intereses, la obedienci…