Nos titulamos en Higuerote



El desenlace de la jornada contra el equipo de La Paz, en Montalbán (3-2) el  domingo 23 de noviembre, nos dio el pase a la final contra Aguasal en Higuerote, prevista para el 6 de diciembre. Fue una semifinal llena de mucha emoción, donde la actuación de nuestros singlistas marcó la diferencia. Volvieron a fallarnos los dobles. Es que el juego de dobles resulta complejo porque debe haber una absoluta armonía entre los dos compañeros y esta se hace más exigente  cuanto mas difícil sea la pareja adversaria, de no darse ese entendimiento mutuo o comunicación cordial entre ambos, el resultado es una derrota segura. A su vez, un solo jugador por bueno que sea, si no es bien asistido por el compañero, difícilmente logran la victoria,  salvo que la pareja rival sea  muy inferior. Por ello, es tan importante la selección de la llave; claro a veces no es  suficiente una acertada  combinación si  la pareja rival es claramente superior  y ahí ni modo. Después de esa jornada les dirijo unas palabras de aliento a los jugadores:
Finalmente hemos alcanzado el sueño de llegar a una final de un torneo interclubes. Llegamos por el empeño de todos en mejorar nuestro nivel; unos más que otros y aprovechando el talento de algunos amigos que integramos al grupo. Si bien no todos pudimos aportar victorias o participar con la misma frecuencia en las jornadas, ese era parte del sacrificio que  tuvieron que hacer algunos para que el equipo aprovechara al máximo sus talentos en la disciplina y compitiera con mayor opción de llegar a donde hemos llegado. Vamos a una  final difícil por la proverbial ventaja de ese rival en su sede, pero sé que eso nos llena de entusiasmo. Vamos a jugar con nuestros mejores muchachos seguros de su entrega total, pero si la suerte no nos acompaña igual habremos triunfado”.
Nos alistamos entonces para asistir a nuestra primera final interclubes, el 6 de diciembre, que tenía previsto celebrarse en el Club de Playa Aguasal, donde  se efectúan las finales de todas las categorías por razones de logística para una final festiva. El escenario de la playa hace más interesante la ocasión para celebrar la premiación y la fiesta de finalización del torneo.
Observo en la semana de descanso que muchos  creen tener la formula o alineación  infalible para vencer al guabinoso equipo de Aguasal. Casi me siento desplazado por quienes creen erigirse en los artifices de la victoria final. Tengo la responsabilidad de presentar una alineación de consenso. Mucho entusiasmo en los jugadores, ellos buscan animar amigos y familiares a trasladarse a Higuerote para contar con una nutrida y vigorosa barra que vamos a necesitar contra "los aguasales" en su terreno. Es un evento que implica un paseo de fin de semana y hay que afinar detalles del itinerario. Yo arribo el mismo viernes como supongo lo harían muchos jugadores. Estimo que tenemos mejor equipo, pero el clima parece favorecer a los locales, ya acostumbrados a su “caldera del Diablo”.

Llega el esperado sábado y nos iniciamos en la mañana con las finales femeninas y el entusiasmo de acompañar a unas compañeras del equipo Hermanos Coronado, que antes estuvieron en nuestras filas y ahora descuellan en quinta categoría de ese equipo.

Algunos compañeros arriban finalizando la mañana y almuerzan apresurados ante la proximidad del inicio de la jornada fijada para la 1 p.m., otros aprovechan la piscina ante el poco tiempo de que dispondrán luego que se inicien los encuentros.

Varios jugadores aun especulan sobre las posibilidades de la alineación que yo presentaría. Consideré todas las opiniones recibidas y finalmente me es requerido por la organización el cuadro a competir. El pana Régulo, uno de los mejores jugadores del club, de 5ta, me da unas recomendaciones de última hora que me llevan hacer un ajuste final. Me decido por poner de segundo single al jugador que está pasando su mejor momento, Héctor Jr. y coloco a mi pana Juan “Slice” a sacrificarse en enfrentamiento con el primer singlista de ese temido equipo que ya nos había derrotado en su “horno”  en jornada anterior. Hago un cambio en el primer doble y lo subo a segunda hora, colocando en el primer doble a una nueva pareja que conforman nuestro singlista estrella Juan Benzecri y Roland Blanco, un incomodo zurdo con temerario servicio. Los aguasales también tenían su estrategia y cambian su primer doble a segunda hora; yo alinee pensando que esa jugada podían hacerla para sorprendernos y efectivamente, les tocó jugar igual contra nuestra pareja que venía haciendo de primer doble. Por ello, si no lo hacían, aspiraba liquidarlos con la nueva pareja de primer doble, pero ellos hicieron el cambio y resultó más fácil la tarea. Los aguasales lucieron frágiles en ambos dobles ante la contundencia de los nuestros. La sorpresa que no  esperaban era que su estrella Miguel Ruiz, siempre vencedor, resultara aplastado por nuestro singlista, Hector Jr., quien jugó magistralmente y lo arrolló 6-1, 6-0. Ganamos en cuatro partidos, 3-1. Se desató entonces la algarabía de los ganadores. Nos fuimos a celebrar y a prepararnos para la premiación y la fiesta.


En la noche la premiación y la fiesta resultaron de una muy buena organización. Ofrecieron unos mojitos y sangrías estupendos, que nos mantuvieron festivos toda la noche y que habían hecho sus efectos para el momento de la premiación; le dieron su toque de jolgorio al acto. Vivimos un momento bien emocionante cuando anunciaron el equipo campeón de sexta masculino: “Corpoelec”. Luego la música en vivo y la cena navideña cubrieron las expectativas.  2,30 a.m.,  ya cansados nos fuimos a dormir. ¡Adiós Aguasal

Comentarios