Escrito en la puerta 17





Aquella primera semana de agosto la segunda avenida de Santa Eduvigis mostraba un aspecto realmente patético. Por ambas aceras surcaban aguas servidas que constituían serios obstáculos a los peatones que debian atravesar la calle y una incomodidad para los conductores ante la posibilidad de salpicar a las personas.

Ignacio pensó que tan deplorable circunstancia seria ideal para los entrenamientos de Yulimar Rojas, la venezolana que en esos momentos causaba furor en las olimpiadas de Tokio con un performance histórico en el salto triple.

Le hizo ese comentario en son de humor negro a su patner del tenis que le acompañó a buscar en el maletero de su apartamento, algunos libros y otros objetos que quería meter en la maleta que hacia presuroso en la víspera de su regreso a Montevideo.

-Realmente Juan, todos los días encuentro un nuevo motivo para largarme de este infierno -le dijo seriamente disgustado por el estado de las calles aledañas a su residencia en Sebucán-. Y estos payasos del Gobierno viven hablando estupideces, que si  "Caracas bella, patriota y segura", !el coño de su madre! - expresó airado-

-Así está todo el país -acotó Juan como para consolarlo.

- No entiendo Juan por qué insistes en quedarte en esta vaina. Esto ya no tiene remedio -sentenció Ignacio-.

- Tengo que esperar que se definan algunos temas familiares y no puedo regresar a mi país, que ahora cayó en la misma trampa -Juan es peruano y en su país un mequetrefe comunista acaba de asumir la presidencia venciendo a la hija de Fujimori.

- Estos países del sur están poblados de idiotas -afirmo Juan como resignado-

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El apestoso estado de las instalaciones del Metro venia provocando en Ignacio una repulsa que no lograba comprender. Ingresa a sus estaciones  casi a diario desde que le robaron el Aveo días antes de la pandemia. Finalmente determinó que el motivo no es tanto sanitario, es ver tantos compatriotas famélicos en los andenes,  con una mirada extraviada o sombría,  signos inequívocos de que languidecen sus esperanzas de sobrevivir en medio de la calamidad que asola al país desde que el chavismo secuestró hace más de veinte años las instituciones venezolanas.

-Lo que más siento de irme -nos comenta- es que siempre soñé con vivir mi vejez en la isla de Margarita y esa ilusión se ha disipado. "La perla del Caribe" como le llamábamos orgullosos los venezolanos antes de que esta  desgracia cayera sobre Venezuela, era mi paisaje más añorado para las vacaciones. Sus playas, sus pueblos, su comida, su gente, sus atardeceres y las amistades que a lo largo de tantos años y visitas hice, me hicieron imaginar una sublime soledad cercana al mar, de mucha tranquilidad y fuente de inspiración para escribir ficciones. Varias obras maestras de Francisco Suniaga, como "La otra Isla" y "Esa gente", tienen por escenarios pueblos y playas de esa maravillosa isla, como La Asunción, El Tirano, Pampatar y Playa El Agua. Esos paisajes que me motivaron a seguir su huella, ahora no volveré a verlos. Margarita hoy luce como Ortiz, la de "Casas Muertas" de Miguel Otero Silva.

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Dos años antes, Ignacio había pretendido establecerse en Maracaibo, otra tierra que considera bendita, pero la realidad alcanzó dimensiones infames. El tema de protesta "La Grey zuliana"  resurgía redivivo al infinito. Entonces lloró ese intento fallido.

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En el aeropuerto internacional de su país, después de pasar los controles de los funcionarios de migración, de quienes temía alguna represalia de última hora por sus constantes ataques al gobierno en Facebook, alcanzó la puerta 17. Se sentó y respiró exhultante. Estaba por lograrlo: escapar otra vez, quizás definitivamente, del oprobio.

Cuando anunciaron el abordaje del vuelo 047, solo pensó en aprovechar las horas en el aire para escribir este relato en honor a su madre,  quien yace en los estertores en las costas de Falcón

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Comentarios

  1. Tal cual de vive en esta hermosa tierra con gobernantes peores que los talibanes por que nos hacen creer una vida fantasiosa mientras nos adormecen, nos torturan y nos extorsionan en todos lados, Dios bendiga tu viaje en búsqueda de la paz y tranquilidad el sur no es tan diferente pero la esperanza es lo último que se pierde. Saludos, que acertado análisis y que lastima seguimos perdiendo personas preparadas y capacitadas para sacar adelante este país.

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  2. La historia se repite, Venezuela,Argentina,Peru, Bolivia y asi seguira siendo.

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