Revolución y reggaetón



En la final del torneo interclubes en el Club Aguasal, Higuerote, el sábado 11 de julio, entre Pan de Azúcar y CORPOELEC, equipo que dirijo y que defendía el título de campeón de la pasada temporada, sucumbió ante los panes (no penes !eh!). 

Después de concluidos los encuentros me senté a una mesa cerca de la piscina  a tomar una cerveza, y coincido con uno de los jugadores (singlista) de los nuevos campeones Pan de Azucar: Everson, para más señas cantante integrante del conocido grupo "Los Adolecentes", quien me inquiere: 
-Capi qué les pasó? Ustedes tenían mejor equipo que nosotros.
-Brother, tu sabes que cuando los tripulantes de un barco en expedición se amotinan el final generalmente es el fracaso. Unos jugadores conflictivos habituales que nunca faltan, se alzaron en los días previos a la final porque pretendían imponerme el draw y no cedí, pero eso tiene su secuela emocional, llegamos a las canchas con cierta tensión en el ambiente. En el último momento hice una concesión para bajar la presión y es probable que ese cambio haya incidido en el resultado. De todas formas ustedes jugaron muy bien, alinearon inteligentemente y además les acompañó la suerte, porque nuestro tercer doble lucia muy superior en el papel al de ustedes y resultó un fiasco.
- Creo que esa pareja de ustedes subestimó a la nuestra y fueron sorprendidos por la estrategia que les  plantearon. 
-Sí, cayeron en el juego de globos que es el fuerte de Eduardo. Pero bueno ¡salud! ganaron merecidamente.  Ahora nos queda la premiación y la fiesta esta noche. Me imagino que te van hacer cantar.
-Seguro -me respondió Everson con entusiasmo- pero además lo voy hacer con muchas ganas porque ganamos. 

-Es que además, queremos buena música -le acoté como reconociendo su calidad como cantante y como singlista que lo es- coño porque ese reggaetón no se soporta. Por cierto, yo tengo la sensación de que ese  estúpido "ritmo" llegó con la "revolución chavista". Son insoportables ambos.
-Sí, son casi contemporáneos, pero disfuncionales esas dos manifestaciones.
-Lo increíble, no sé qué piensas tú, pero que a esa vaina tan espantosa se le considere un género musical y sobre todo que se haya mantenido tantos años.
-Bueno igual. Cómo se le puede llamar democracia a esta tiranía, que también se ha mantenido mucho tiempo.
-De verdad que esa mierda de reggaetón se ha mantenido  más de una década y hasta cantantes de otros o verdaderos géneros musicales como Oscar de León, Enrique Iglesias y otros tantos buenos cantantes han fusionado su música con ese asco para mantener su popularidad y seguir vendiendo. A que se atribuye ese fenómeno?
-Supongo que porque es una “música” entre comillas, irreverente, vulgar, atípica y muy fácil de hacer. Esos son elementos que hoy definen la actitud de las nuevas generaciones juveniles. Así es la mayoría de la  gente que sigue esa música. Algo medio chavista.
-De verdad que es fácil de hacer. Esos reggaetoneros se ven en los vagones del metro a cada rato. Un imbécil con gracia improvisa unas estúpidas estrofas alusivas a cualquier vaina y se acompaña con otro que le sigue con sonidos producidos por el choque de las palmas. A esa vaina la llaman música y se instaló por décadas en Latinoamérica.

-Bueno, sin ir muy lejos, qué ha sido la  tal “revolución”. Un imbécil con gracia que se hizo acompañar por una partida de pela bolas, que le acompañaban con las palmas y recibían a cambio dadivas (misiones) y unas cuantas estrofas balurdas que ellos llaman pensamientos.
-Volviendo a la música de verdad, como la que hacen ustedes. Cómo extrañamos en las fiestas un buen merengue como aquellos inolvidables de Fernandito Villalona, "Sonámbulo" te recuerdas, o de Wilfrido Vargas "El jardinero" o de Sergio Vargas "La quiero a morir".
-Coño capi esos son tremendas piezas. Esas hasta hace poco se bailaban en el "Yesterday" de Altamira, pero creo que lo cerraron porque la inseguridad no anda de la mano con los adultos contemporáneos. Esos riesgos los corren los carajitos que andan de madrugada en las discos de Las Mercedes.
-O las bachatas de Juan Luis Guerra y Chichi Peralta, o la música de Bonny Cepeda o de Nino Cegarra.
-Sí, esa música la extrañamos tanto como los productos importados que antes encontrábamos en cualquier supermercado. !Perdón! y los nacionales también, porque no se consigue un carajo.
-Bueno Jerson, nos vemos en un rato en la fiesta y espero que me complazcas con un temazo de esos que te mencioné. Seguro los versionas estupendamente.
-Ni tanto Capi, yo soy mejor singlista.
-¡ja ja , nos vemos!

(Postdata: Esta fue una conversación imaginaria. Desconozco si Jerson siente simpatías o animadversión por el reggaetón y la "revolución".)



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