Las nuevas clases sociales


OLIVER visita un jueves en la tarde el club Los Cortijos en compañía de Chúo, un viejo amigo de "la cuarta". Desean conversar sobre la posible venta de la acción de éste en dicho club. Se convidan a un par de cervezas en el cafetín ubicado sobre las canchas de tenis que tiene una visual del club inmejorable y del  majestuoso Ávila, estupenda. Comienzan haciendo un repaso sobre el destino de los amigos comunes que dejaron desde que se apartaron de la vieja sede de Sudeban en los predios de San Jacinto. Se intercambian información sobre el paradero de unos y de otros. Algunos –dice Chúo-   pusieron su honorabilidad a prueba y sortearon los embates de las dificultades económicas que nos abruman desde entonces sin sucumbir a las tentaciones de la corrupción.
A otros aparentemente les fue muy bien, no sé qué negocios hicieron, pero ahora viven como ricos -acota Oliver-.


Después de la primera cerveza se enfrascaron en una disertación medio filosófica sobre el origen de la riqueza, que más o menos discurrió así:

-Chúo, yo creo que como en todo grupo profesional, las personas que lo integran  van  creciendo patrimonial y socialmente, otras se quedan achantadas y no surgen. El tiempo y las circunstancias los van dejando en las posiciones sociales que logran alcanzar dependiendo de las oportunidades, iniciativas y de sus talentos.


-Claro esas oportunidades pueden ser honestas o deshonestas. Estas últimas son las más productivas, desde luego.  Allí entra el juego el talento. Si utilizas el talento correctamente frente a una oportunidad profesional puedes crecer considerablemente. Claro hay circunstancias que pueden conspirar contra esos propósitos, pero eso es otro tema. Ante una oportunidad deshonesta el talento tiene mucho que ver, porque hasta para explotar indebidamente una actividad rentable como la financiera, por ejemplo, hay que tener talento. A lo mejor no tener escrúpulos ni ser químicamente puro es necesario para enriquecerse. Si tienes talento y eres deshonesto seguramente alcanzaras pingües beneficios, probablemente en desmedro de la propia empresa o negocio que diriges. Sin talento, seguramente tendrás una inferior performance,  causando además mucho más daño a la empresa que el que ocasionaría un gerente inteligente.


Bueno Chúo, yo en razón de esas consideraciones que tú haces creo que podemos clasificar a los ricos tomando en cuenta esos factores.

-¿Cómo es eso? -pregunta con curiosidad Chúo-

- Es fácil, fíjate, los ricos según su honestidad, talento y fuente de su riqueza se pueden clasificar en  admirables  y miserables. Claro los ricos de cuna también pueden llegar a ser admirables o miserables,  dependiendo de su acción social.

-¿Quiénes son admirables?- inquiere Chúo

1) Los ricos admirables,   son aquellos que han construido fortunas con el producto de su talento y de una trayectoria de éxitos, siempre actuando con honestidad. Esta riqueza puede ser súbita o lenta. El más claro ejemplo de las riquezas súbitas admirables son los grandes deportistas (Federer, Messi, Michael Jordan, Cabrera, etc.). También se acumula riqueza en los artistas, aunque en estos el ascenso puede ser más o menos lento (Chaquira, Oscar de León y tantos otros salidos de estratos populares). En el sector de los empresarios también hay gente meritoria, pero siempre ligada a una riqueza de cuna (supuestamente proba) o casos excepcionales como los ricos de súbito ascenso producto de su excepcional talento o invención como Bill Gates, Steve Jobs y muchos otros vinculados con la tecnología y la informática. En este grupo de admirables han pretendido colarse algunos ricachones de dudosa reputación que buscan ganar admiración a cuenta de títulos honoris causa, premios comprados en el exterior o haciendo una mediática labor social más cacareada que destacada. Los casos más emblemáticos de estos bellacos son los banqueros, que como sabemos se han enriquecido mas por sus artimañas y marramucias financieras con el dinero ajeno que por efecto de la intermediación financiera ordinaria.

-¿y los miserables quiénes son?

2) En los miserables también hay variedad. Están los delincuentes de cuello blanco del pasado, o ahora, los de cuello rojo rojito y verde oliva, llamados también nuevos ricos, bolichicos y no sé que otro remoquete,  que son todos aquellos que de la noche a la mañana pasaron de vivir en La Candelaria o San Martín a vivir en el Country Club o en La Lagunita. Que tienen ahora yates y aviones privados, cuando antes apenas habían subido  a un peñero o a un avión comercial. Es impensable que trabajando honestamente así sea de Ministro o presidente de un banco. se pueda escalar socialmente de esa forma. Aquí se incluyen también los no tan nuevos, que son quienes progresivamente se han lucrado enchufados en diferentes cargos públicos o en el sector privado ejerciendo como contratistas o corredores de guisos, precios, asignaciones, comisiones y demás expresiones de la delincuencia organizada y han escalado sucesivamente las diferentes urbanizaciones emblemáticas del ascenso social hasta terminar amasando fortunas equiparables a las de la oligarquía.

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En esta categoría se incluyen también aquellos que han acumulado riquezas mal habidas a la sombra de su familia en el poder, como es el caso de los hijos del galáctico y de tantos otros dictadores como Teodoro Obiang de Guinea Ecuatorial y de otros famosos políticos corruptos y empresarios forajidos.

Los narcosobrinos sería una subespecie de estos ricos miserables.

Chúo se queda pensativo después de escuchar el parlamento de Oliver en que expone esta singular clasificación de los ricos y agrega:

-Bueno Oliver y cómo clasificas en tu particular óptica a la clase media actual:

-Yo creo Chúo que la clase media alta tiene componentes similares a los tipos de ricos antes señalados solo que en menor escala de recursos. En ella subsisten muchas personas honorables, profesionales exitosos, herederos afortunados y también los picaros que han alcanzado esa posición participando de guisos medianos, pero que no han podido dar un golpe fabuloso que los catapulte a la calificación de grandes ligas. En este grupo se han incorporado hoy día  algunos ricos venidos a menos por la vorágine revolucionaria que se esfuerzan en aparentar una riqueza que ya no tienen.


La clase media baja la componen  los profesionales, emprendedores y demás entusiastas venezolanos que fueron empobrecidos por  la  dinámica de la revolución bonita y no pudieron culminar sus proyectos para alcanzar una mejor posición social. Los de esta clase languidecen en esfuerzos para al menos mantenerse. Otros tantos han descendido a niveles de pobreza real. Los hijos mayores de la clase media profesional hoy sopesan la pertinencia de constituir un hogar por lo difícil o imposible que supone para ellos comprar una vivienda y hasta un automóvil. Los nuevos matrimonios en este target parecen condenados al fracaso por las mismas dificultades económicas que abruman a los románticos que desean dar ese paso.

En este grupo incluyo a  personas más o menos como nosotros, que tuvieron la oportunidad de emprender algún proyecto de envergadura y se durmieron en los laureles. Esos en que la incertidumbre aplastó  sus deseos de superación. Muchos de estos aun siguen rumiando su arrechera en las barras de los bares de La Candelaria y Sabana Grande, pero confían en que este país va a salir pronto de la dictadura chavista y que luego podrán reiniciar sus frustrados emprendimientos.

Ya cansado de la exposición Chúo interrumpe:

-¿Bueno Oliver y a qué viene toda este cuento de las clases sociales?

- Es que el que pueda o no comprarte tu acción va a definir si sigo siendo un clase media baja o pasé a ser un pobre guevón y no termino de aceptarlo, como ocurre con una gran cantidad de personas de este sector social. El monto por el que vendes la acción no lo tengo en bancos y  obtener yo crédito por ese monto es difícil dadas las limitaciones que tienen los bancos en razón de la capacidad de pago de los solicitantes.

-Pero Oliver, entonces a quién le dan crédito los bancos?

-Esa es una buena pregunta para el Superintendente de Bancos, porque la capacidad de pago de la clase media alta  es la única que cubre las exigencias de flujo de caja previstas para un modesto crédito bancario. No creo que los ricos soliciten créditos en Venezuela.

-Caramba Oliver, te recuerdas de aquella publicidad del gobierno sobe la clase media en positivo que aparecían en televisión unos recién vestidos.

- ¿Qué sería de la vida de esos bichitos?

-¡Ja ja ja! -


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