La Casona (parte lll)

Conversación imaginaria en La Casona (Parte lll)
Maduro: Hola amor,  cómo te va en el gimnasio con el instructor de las misses?
Cilia: ¡Ay gordito! yo por complacerte soporto al imbécil de Linares, pero ese tipo está  acostumbrado a tratar a puras carajitas sifrinas, ese no sabe lo que es una primera dama. Me trata como si fuera una inútil. Además, yo para que quiero sacar pompis, el tarado ese!
Maduro: Bueno Cilia, pero ponte bella porque hay mucha lanzada por ahí rondándome. Y tú sabes cómo somos  de machistas los venezolanos.
Cilia: ¡Ay mi amor! tú verás, que yo sepa lo que te rodea es el gabinete con sus pargos y viejas feas, no te referirás a esa fauna.
Maduro: No me hagas caso amorcito, tú sabes que yo no tengo ojos sino para mi primera combatiente. Pero ahorita me atormenta  lo difícil de las decisiones que debo tomar, fíjate que si vendemos Citgo, quitan inmediatamente el socorro de combustible que le estamos brindando a los pobres del Bronx en Nueva York. Eso no me lo perdonaría el Comandante Supremo.
Cilia: ¡Ay amor! y entonces, cuando vayamos al imperio no nos van a parar bola los negros pobres en Nueva York. Hasta nos pueden formar una guarimba cuando lleguemos al aeropuerto.
Maduro: Mira gordita, con este peo de gobierno que tengo por culpa del Comandante, que he tenido que violar todos los derechos humanos de los guarimberos para mantener el poder, no me extraña que ahora que vamos a acelerar la revolución con el Estado Comunal, los gringos se pongan brutos y no me dejen pisar mas el territorio de Mickey Mouse.
Cilia: Mira bigotón y ese rollo entre los dogmáticos y los pragmáticos del PSUV, que te tienen entre la espada y la pared, que no te dejan tomar las decisiones que hay que tomar. Tu de que bando eres?
Maduro: Cilia, a veces soy dogmatico, pero otras veces hay que ser práctico con algunos temas. Yo de verdad no sé ni qué carajo quiero, me tienen la cabeza vuelta un peo esa banda de talibanes fanáticos del castro comunismo que quieren imponerme vainas, la mayoría son malandros trasnochados con la dialéctica marxista y por el otro lado los pragmáticos que aunque tienen ideas razonables me parecen unos farsantes que se rodean de pillos, almuerzan con uno, pero cenan y se caen a palos con la oligarquía parásita.
Cilia: ¡Ay bigote! estas muy jodido con ese brollo y el país por el despeñadero. Que si las capta huellas van, que si no van. Que si eso es un guiso de unos vivos que se quieren enriquecer vendiendo esas maquinitas. La gente se te va arrechar.
Maduro: Si voy a tener que hablar con mi Comandante, entrar en trance y comunicarme con él en el más allá. Coño pero aquí en La Casona ahora no llegan ni pajaritos!
Cilia: ¡Ay mi amor! pero tú vas a seguir con esa mariquera del pajarito de Chávez. La gente no te cree mucho esa vaina porque Chávez decía que él era un águila, que no cazaba moscas y tú lo subestimas diciendo que es un picaflor o un colibrí que canta como un arrendajo, que se te aparece y te habla. Déjate de esas estupideces, es preferible que te vayas a Sorte a ver qué te dice María Lionza o el Negro Antonio. Es más, hasta la Corte Malandra me dicen que ha salvado a muchos delincuentes de los ajustes.
Maduro: Coño Cilia deja la intensidad con esa poco de brujos que me estas mencionando. Mujer tenías que ser no joda, que creen tanto en esas pendejadas.
Cilia: De verdad que en esta Casona hasta que no se vaya la motolita esta  (MG) que nos dejó el Comandante, no se pararán pajaritos y menos águilas. Porque esto es un gentío raro entrando y saliendo a toda hora de la madrugada, jodiendo, reuniéndose con ella. Todos esos ex novios artistas que se gastaba la tipa creen que todavía manda aquí el Comandante. Qué vaina es esa, cuándo es que se va esa  loca pal carajo pa´ donde la mandaste y que de embajadora.
Maduro: ¡Coño la están esperando Cilia, pero no quiero regañarla. Tu sabes el afecto que le tengo.
Cilia: ¡Sii !mucho afecto, peligroso ese afecto, porque con lo machista que tu eres y lo brincona que es la tipita, juuu!! , mejor que se vaya pronto del país.
Maduro: otra cosa Cilia que me preocupa es la deuda que tenemos en dólares con las transnacionales, las líneas aéreas, los laboratorios, los proveedores de equipos médicos y no sé cuantas vainas mas del exterior, porque a mí la deuda interna no me preocupa, los payasos acreedores de Venezuela que se esperen o que se jodan. Estamos fallos de dólares  y ese Merentes cayéndome a mojones cada rato. A veces me provoca traer de nuevo al viejo loco del Giordani, pero como se puso hablar tanta paja cuando lo saqué, sería una torpeza que verían muy mal afuera.
Cilia: Si gordo, mejor piensa bien lo que vas hacer, porque ahora tienes al lambuceo de Jaua controlando la inversión social. Esa carajo es muy fanático, dogmático como le dicen ustedes y me da una mala vibra. Porque yo creo que ese tipo va a querer pelearte tu nominación para la candidatura a las próximas elecciones.
Maduro: ¡Coño Cilia! y tú crees de verdad que yo pueda ganar otras elecciones con este mamarracho de gobierno. Mi popularidad no se va a levantar con ese “Chávez nuestro” que se inventaron los delegados, que solo ha servido  para buscarme peo con la Iglesia.
Cilia: claro mi amor, si esa oposición está más perdida que el hijo de Lindbergh. No ves esa MUD que está más muda que nunca. Ahora como que van nombrar a un boludo  presidente de la mesa. Esa gente está pelando bola mi amor!!
Riiiiinn.. suena el teléfono de Maduro: Mi amor es precisamente el compañero Jaua. Ya va empezar a joder…

(Nota: en las  próximas cuatro semanas no escribiré, pero serán publicadas crónicas memorables de autores celebres como José Ignacio Cabrujas, Ibsen Martínez, Leonardo Padrón, Isabel Allende y otros)

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